El sonido de los créditos alivió mi corazón. Deseaba escapar cuanto antes de aquel infierno… donde estaba Zack. Se levantó bruscamente y comenzó a bajar las escaleras de la sala. Yo le seguí mientras mis uñas estaban siendo víctimas de mis dientes. Al salir, el hombro de Zack chocó bruscamente con el de un hombre más alto… aquel que vi en la biblioteca. Ambos se miraron unos segundos. El de la biblioteca seguía con las mismas gafas negras de aquel día. Parecía como si se recriminaran por medio de sus ojos. Permanecía quieta detrás de Zack quién extendió su brazo horizontalmente a la altura de mi pecho en ademán de que me quedara quieta, que no siguiera andando. El rostro del desconocido se dirigió a mi unos segundos para después proseguir con su camino. Mientras andábamos, me dedicaba de vez en cuando a mirar atrás. No me atrevía a preguntar. Paramos en la parada del autobús que había justo enfrente del cine-centro comercial. -Emm… ¿cómo volvemos a casa?-Zack me miró.-Yo me voy en autobús.-Pero yo no tengo para…-Haberlo pensado antes de quedarte.-Sonreí pensando que era una simple broma. Sin embargo, se apoyó en la parada con gesto serio. Tragué saliva algo asustada. Cogí el móvil y comprobé las llamadas perdidas. De mi casa. Suspiré y pulsé el número. Comunicaba…comunicaba…-¿Si?-¿Papá?-Oh, Kim…-¿Me podéis recoger?-Oí como mi madre le preguntaba el causante de la llamada a mi padre. -Kim…-Sé que me he pasado pero…-De repente Zack me arrebató el móvil.-Yo la llevaré.-Contemplé como pactaba con mi padre. No sabía ni cómo reaccionar, si arrancarle mi móvil de su mano o dejar que siguiera hablando con mi padre. Comencé a pensar en muchas cosas pero sobretodo en los enormes celos que sentirían las… no, no debía contarlo, o por el contrario me tacharían de creída… Zack cerró la tapa de mi móvil y me lo tendió.-Vamos.-Subí con él al autobús y mientras él pagaba yo le miraba. Nos sentamos en un sitio donde solo había dos sillas, una enfrente a la otra. -Mañana te lo pagaré.-Fue lo único que pude decir. Él no me contestó, se dedicó a mirar por la ventana con una pierna encima de la silla y su brazo apoyado en su rodilla tapando sus hermosos labios. Abrí la boca en un amago de entablar una conversación cuando Zack me miró con aquellos ojos ahora más profundos.-No hables si lo que vas a decir no es mejor que el silencio.-Me sobresalté nerviosa.-¿Qué?-Mi vocecita solo fue un murmullo. -Que una palabra mal colocada estropea el más bello pensamiento- Me miró y sonrió pícaramente. Me quedé estupefacta. Jamás había oído hablar de esa forma y menos con ese doble significado que tenía “el más bello pensamiento”.-Lo siento.-¿Solo sabes disculparte?-Me sonrojé.-No…-Sus ojos volvieron a fijarse en el cristal.- ¿Puedo… puedo preguntarte algo?-Zack se tomó unos segundos para darme permiso.-Adelante.-Carraspeé nerviosa mientras me acomodaba en mi sitio.-¿Por qué has decidido no dejarme sola a mi suerte?-Él sonrió.-Porque no sería un caballero, ¿no crees?-Arrugué el entrecejo mientras pensaba como realmente él de caballero no tenía nada… pero era Zack. -No creo que sea de caballero impulsar a una chica a que falte al instituto.- Lo decía en serio, pero él sonrió como si nada. Me mordí el labio intentando buscar las palabras para reprimirle su comportamiento.- Lo digo en serio…- Puse los ojos en blanco. -Mira yo solo te lo he pedido, tú y solo tú has sido la que ha aceptado y te has obligado.- Su sonrisa no desapareció de su rostro.
Llegamos a mi casa donde, para mi sorpresa, Zack me acompañó a la puerta. Metí la llave en la cerradura y con la puerta entreabierta miré a Zack quién ya bajaba por las escaleras. Suspiré y entré en casa a enfrentarme con mis padres.-¿Kimberley?-Empezábamos mal. Si me llamaban por mi nombre completo… estaban realmente enfadados. -Si…-Ven.-Era la voz de mi madre que procedía del salón. Crucé la puerta y esperé en el quicio de la puerta. Mi madre me miraba con su mirada más enfadada.- Han llamado del instituto. Te escapaste.-No me escapé, me dijeron que si en dos minutos no salía de la sala se irían…-Kim lo importante es que faltaste a las clases.-¿Clases? te referirás a la biblioteca…-Ni siquiera habrás comido.-No tengo hambre.-Mis tripas me delataron. Intentaba hacerme la dura pero no lo conseguía.-No saldrás durante toda la semana.-Miré a mis padres nerviosa.-¿Qué?-Desde hoy hasta el domingo a las doce.-Mi padre fue franco. Me fui a mi habitación disgustada, llena de arrepentimiento. Era débil, muy débil. Mis padres ni siquiera se interesaron de con quien había estado… daba igual, había faltado y eso era lo que importaba para mis padres. Lo primero que vi en mi cuarto fue el uniforme azul de cuadros encima de mi cama. Suspiré y miré de nuevo el uniforme. Con él estaría aún más horrible de lo que estaba en ese momento. Me imaginaba como tenía que ser mi rostro después de que Zack me tomara por tonta, me habían castigado y encima había visto por primera vez en este curso aquel horrendo uniforme. Colgué a regañadientes el odiado atuendo en la percha de mi puerta y me tumbé en mi cama sin ni siquiera cambiarme la ropa. Cerré los ojos para relajarme, cosa que no conseguí debido a mis innumerables problemas a los que estaba sometida. De pronto sonó mi móvil. Me toqué el bolsillo del pantalón y lo cogí rápidamente. -¿Si?-¡KIM!-Era Pau gritándome al oído.-Dime.-Cuéntame ahora mismo que ha ocurrido.-Parecía ansiosa.-Nada, no ocurrió nada…-Pero te habló, ¿no?-Prácticamente no. Nos dedicamos a ver una peli y después casi me deja sola en el cine si no fuera porque le di pena.-Oh, vamos Kim…-Es verdad, ¿qué es sino?-Que le gustas.-Sentí como la sonrisa de Pau se estiró. -Pau…-Contigo es imposible hacerse ilusiones… -Pues sí.-Imagínate, yo la cuñada de Zack.-Gritó.-¡Pau!-¡Es verdad!-¿Desde cuándo eres mi hermana?-¡Desde que nacimos!-Ambas nos reímos.-Me han castigado Pau.-¡NO!-Sí, no podré salir desde hoy hasta el domingo a las doce…-Yo me moriría…-No, me vendrá bien, esta semana empiezan las clases de verdad…-Kim… ¡oye!-Otro grito.- Me voy a cenar… adiós y lo siento. -Vale, adiós, hasta mañana…-Colgó. Me sentí más sola que nunca…
Comenzó otro día en el que tenía que enfrentarme a Zack… me vestí con el uniforme, mirándome de perfil, de espaldas y de frente para corregir imperfecciones. Me peiné deshaciendo los enredos provocados por la intensa noche en la que me moví más de la cuenta. Recogí mi mochila y comencé a desayunar mi café y tostada sin tanto entusiasmo. Mis padres lo notaron, pero creyeron que era por el castigo… y no me lo iban a levantar solo con poner mala cara. Vicky me recogió como todos los días -excepto los viernes- y me preguntó lo mismo que Pau. Me aburría de contar tantas veces lo que sucedió en una sola mañana. La madre de Vicky siempre se hacía la sorda, nunca interfería en nuestras conversaciones fueran cuales fueran. Cuando llegamos al instituto todos me miraban de reojos… estaba nerviosa.-¿Estaré en la lista?-Vicky me rodeo el hombro.-Claro que no Kim.- Entramos en el instituto, en el pasillo de las taquillas donde todos los chicos-y chicas-me miraban descaradamente. Cogí los libros de ese día y me fui directamente a mi clase junto a Vicky, que me dejó justo atravesando la puerta. De repente apareció Pau, por arte de magia, delante de mí. -Kim…-Dime.-Todos saben lo de ayer.-¿El qué?-Me hacía la despistada.-¡Qué tuviste una cita con Zack!-Gritó Dino mientras me miraba. Lori estaba en su sitio mientras Dino estaba sentado en el borde de su mesa. Vivi y Demetrius estaban ya sentados en sus respectivos sitios mientras me miraban con sus narices-nunca mejor dicho-arrugadas. Me detestaban… y ellos a mí. Iba a reprocharle a Dino su grito cuando sentí una presencia detrás. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, helado y seco. Miré hacia atrás: era Zack, serio y mirando hacia su pupitre. Me aparté de la puerta y continuó su camino. Al instante alguien se aclaró la voz detrás de mí. Era la señorita Carera, fui apresurada hacia mi sitio y me senté. -Cuéntame todo.-Me susurró nerviosa. -Pues…-¡Hilthom y Levinski!-La señorita Carera nos llamó la atención con tan mala suerte que toda la clase nos miró.-He recibido varias quejas de profesores que os han visto susurrar durante toda la clase. Así que las cambiaré de sitio, una alejada de la otra.-Nos miramos disgustadas y con una mirada que decía de todo menos bonito. La profesora colocó a Pau en la primera fila… lejos de mí. Me mordí el labio y observé como Pau recogía sus cosas y al sitio que poco a poco se vaciaba.-Mientras Levinski se cambia, me gustaría presentarles a un nuevo alumno.-De la puerta entró un chico rubio de melena dorada y ojos azules. Vestía con un pantalón vaquero no muy ajustado a juego con su polo azul marino. De su espalda colgaba una mochila verde militar donde las letras “NN” resaltaban en el centro. Enseguida supe quien era.-Se llama Nathaniel Ninvet y viene de California.-La profesora le miró mientras la enorme sonrisa de Nat llenó el aula de suspiros femeninos. La profesora le indicó el sitio vacío donde aún permanecían algunos libros de texto de Pau. Me puse tensa. Fue una cosa bastante curiosa, pero hubiera jurado que cuando Nat y Zack cruzaron sus miradas, saltaban chispas de sus ojos. Apartó la vista de Zack y miró hacia abajo mientras se dirigía al sitio- mejor dicho, el antiguo sitio-de Pau. Se sentó al lado mío. La profesora continuó dando clases mientras yo me dediqué a hablar con Nat.-Hola.-Le sonreí cuando él me miró. -Hola, ¿Kim?-Si Nat.-Su sonrisa me hizo cosquillas en mi estómago.- ¿Te gusta este instituto?-Sí.-Tenía que pensar una mejor estrategia para trabar amistad con Nat.-¿Conoces a Zachary McNemfiel?-Miró a Zack para luego dirigir su mirada hacia mí.-No.-Oh. Pues es el chico más popular de todo el instituto y entre las chicas… es como un amor platónico.-Sonreí. -¿Para ti lo es?-Bueno…-Me puse nerviosa. Pero sus ojos azules me arrebataron todo lo que me quedaba de conciencia. Me quedé embobada en sus ojos mientras mi mirada captaba sus líneas perfectas de su rostro. Él me miraba… ya no escuchaba nada sino el latido de mi corazón, su ritmo era francamente rápido como si estuviera en plena maratón. -¡Hilthom!- Ambos miramos a la profesora mientras nuestros sentidos volvían a funcionar.-Es la última vez que le llamo la atención.-Bajé la mirada cuando, de reojos, comprobé como Zack me miraba.-Ninvet, es su primer día, no lo estropee.-Nat asintió sin enrojecer o mostrar signo de vergüenza.-Atended chicos, como iba diciendo para el viernes tendréis que entregar un trabajo sobre un tema libre, es decir, de cualquier personaje importante que haya tenido un papel en la historia, podéis escoger desde pintores hasta soldados. Os agruparéis en parejas de dos. El objetivo es saber más sobre personajes históricos que marcaron la historia.-Sonó el timbre de cambio de clase y todos comenzaron a conseguir compañero. Miré a Nat y él me imitó.-Caray, como avanza el curso…-Asintió. Me mordí el labio e hice la pregunta que quería cuestionarle.- ¿Quieres hacer el trabajo conmigo?-Nathaniel asintió sonriente.-El miércoles puedes venir a mi casa.-Fue la frase más larga que me dirigió hasta la hora del recreo. Cuando sonó el timbre, todos salieron corriendo por la puerta mientras yo y Nat nos levantábamos lentamente, esperando sin decir nada el uno al otro. Fuimos los últimos al salir de la clase, ya casi no había nadie en el pasillo de las taquillas. Salimos al patio sin mediar palabra. -Te voy a presentar a mis amigos.-Dije mientras le conducía a la mesa de picnic donde siempre nos reuníamos. Todos callaron al vernos ir hasta ellos. -Este es Nathaniel, pero le gustan que le llamen Nat.-Sonreí. Comencé a presentarle uno por uno. -¿Y ella?-Nat señaló a la podre y sola Andreita, sentada en un banco comiendo un bocadillo. -Se enfadó con Kim.-Dijo Pau.-¿Y por qué está sola?-Ella se lo buscó, se enfadó por una tontería.-Pau estaba seria, mucho más seria de lo habitual. Nat me miró y se fue hacia el banco.- ¿Qué hace?- Andreita observó como él se acercaba mientras ella masticaba un trozo de su bocadillo. Nat habló unos segundos y se sentó al lado de ella. Sentí en mi interior unas hormiguitas más vacías… estaba celosa. Andreita reía y le hablaba y parecía que Nat se divertía. Tragué saliva. -¡Dino!-Todos miramos a Demetrius que alzaba una mano.- ¿Vienes?- Miré a Dino. Éste asintió mientras se acercaba a Demetrius. -No me lo puedo creer.-Vicky miró a Pho que mantenía la mirada gacha. Pero mis ojos se fijaron en aquella mirada oscura que poseía Zack.
Porque Nat se va con Andreita? ò.ó no me gusta eso..