Me estiré al bajar del autobús. No pude evitar un bostezo. Cuando los profesores se instalaron en el pequeño bar, todo nuestro curso se esparció por el campo. Era un campo un tanto seco, con unas cuantas-aunque pocas-espigas y unos árboles con pocas hojitas verdes. Este campo no era nada comparado con el de Nat. Suspiré. Sin duda Ángelo y Gabriel estarían bañándose en el lago tranquilamente… Pau, Vicky, Pho y yo nos sentamos en una de las mesas de picnic más lejanas a los profesores. Dejamos las mochilas y observamos, con gran asombro, como Lori y Cheba se acercaban.
-¿Hay sitio para estos dos chavales?-Bufó Chebandiel. Todas les sonreímos y les dejamos sitio sin ningún reparo.
-Ah, os echaba de menos chicas.-Añadió Lori cuando dejó la mochila encima de la mesa.
-Nos faltan dos.-Susurró con voz queda Pho. Todos pensamos en Andreita y Dino.
-Si…-Murmuró Cheba. Tras una pausa me dirigí a Lori.
-¿Sabes que Lola va a vivir en mi cuarto conmigo?-Alzó una ceja. Lori si que conocía a todos mis parientes.
-¿Tu prima?-Asentí.- ¿La pijita?-Asentí de nuevo. Rió.- Te compadezco.-Me golpeó dos veces en el hombro, cosa que me extrañó después de las diferencias que habíamos pasado después de lo de… es igual, estaba claro que ninguno de los dos quería oír hablar de aquello.
-¿Porqué él si sabe quién es y yo no?-Farfulló Pau mientras se encogía de hombros.
-Por el mero hecho de que yo conozco a su familia desde niño y tu no.
-Pero si aún sigues siendo un niño.-Bufó Pau mientras seguía haciéndose la enfadada.
-Ja-ja-já.-Rió Lori sarcásticamente cuando los demás reíamos la gracia.
Me disponía a rebuscar en mi mochila para pasar lista de las cosas que había traído cuando Lori se acercó a mí con un único objetivo.
-Kim.-Giré mi rostro hacia el suyo sonriendo.
-Me alegro verte.-Me adelanté.
-Y yo.-Se sentó encima de la mesa de picnic en la que estábamos al lado mío y de mi mochila. Entrelazó sus dedos mientras me contemplaba.- ¿Te ayudo?- Le miré.
-Solo estoy asegurándome de que mi madre no me ha puesto más de lo que debería.- Dejé de rebuscar y, apartando mi mochila a un lado, me senté en la mesa justo a su lado.- ¿Cómo estás Lori?-La pregunta le cogió por sorpresa.
-No sé… ¿bien? Sí, supongo que bien.-Rodeé su brazo con el mío. Me sorprendí al recibir un casto beso en mi mejilla. Sonreí como agradecimiento. Sin embargo, se sucedió otro beso, pero esta vez perduró unos segundos más y fue mucho más intenso. Le miré intentando descifrar el significado de aquel beso pero de pronto Vicky carraspeó señalando con la cabeza al otro lado. Nathaniel venía hacia nosotros y detrás… Andreita.
-Chicos, hola.-Sonrió Nat-¡y qué sonrisa!-Andrea quiere deciros algo.-La cogió de la mano y la colocó delante suya mientras ella se tocaba nerviosa el cabello. Todos la miramos.
-Esto… lo siento.-Se mordió el labio.-Sobre todo a ti Kim… no debí enfadarme contigo, ¿me perdonas?-La miré seria pensando en qué decirle o contestarle… y al fin supe que hacer. Salté y la abracé con todas mis fuerzas llena de alegría. Cuando Andreita recapacitó, me devolvió el abrazo sonriendo. Miré a Nat que nos observaba satisfecho. Vocalicé un gracias mudo y él me guiñó un ojo-Ains…- Luego, Vicky, Pau, Pho, Lori y Cheba la abrazaron tanto que Andreita terminó llorando.-Gracias chicos… Gracias.-Decía una y otra vez apartándose las lágrimas.
-Qué escena tan conmovedora.-Ironizó Demetrius mientras su patrulla de perros falderos-excluyendo a Zack-le cubrían las espaldas sonriendo. Todos nos giramos hacia ellos. Suspiré de rabia mientras lo miraba enfurecida.-Vengo a tomarme la revancha.
-Adelante.-Me crucé de brazos mientras mi corazón se volvía frío y calculador. Demetrius sacó un mechero de su bolsillo y comenzó a encenderlo y apagarlo, intimidándome.
-Tranquila pequeña, no soy de los que toman la revancha físicamente…-Se mordió el labio disfrutando.-Aquí tu ex amigo Dino… me ha contado unas cositas muy curiosas de ti.-Sentí como Andreita me miraba desconcertada y yo sentía como mi corazón hacía volver a flote el rencor hacia Dino. De pronto, todo nuestro alrededor se llenó de gente de nuestro curso sin duda llevados por algún pajarillo que dio en exclusiva la discusión que se avecinaba.- Según él, perteneces al grupo de niñitas que se vuelven locas con solo oler las pisadas que deja… Zack.-Aquello me dolió, y mucho. Observé a Dino que permanecía sonriente como uno más en la banda de… Zack. No me atrevía ni siquiera a divisarlo.
-¿Y a ti que más te da?
-¿Quieres casarte con él?-Bufó mientras toda la pandilla le reía la gracia.-Contesta.
-Primero contesta tú a la mía.
-Te la contestaré… cuando los cerdos vuelen.-Sonreí.
-¿Tú vuelas?-Todos pararon de reír, sobre todo Demetrius que se quitó de la cara aquella sonrisilla diabólica. Arrugó la nariz y sin haberlo ensayado, dio grandes zancadas hacia mí furioso. Tragué saliva al ver en el buen lío que me había metido. Di un paso a tras cuando…
-¡Demetrius!-Gritó la elegante voz de Zack. Inmediatamente, el cerdito-volador paró en seco con toda la furia reflejada en su rostro.-Déjala.-Fácilmente llegó hacia Demetrius.-Vámonos.-Tras la actuación de Zack me sentí débil. ¿A caso yo no podía enfrentarme a ellos… a Zack? En ese momento exploté… y lo pagué con él. Se disponían a irse cuando me adelanté gritando:
-¡Tú, don creído!-Enseguida clavó sus ojos oscuros en los míos.- ¡¿Qué te crees que haces?! ¿No te diviertes mofándote de todas las chicas? ¿Porqué no te burlas de nosotras sin que tus perros falderos te protejan?-El grupito de Zack entornó los ojos.- ¿Porqué no eres tan valiente como para decirnos que no te interesamos?-Comenzaron a precipitarse lágrimas en mis ojos. No estaba en mí. No veía nada, era tanto el dolor que me producía la indiferencia de Zack que se convertía en rabia. Entonces sentí los brazos cálidos y relajantes de Nathaniel alrededor de mi estómago, intentando calmarme.-Tú juegas con todo el mundo incluso con tus asquerosos y babosos a los que llamas amigos…
-Kim, para.-Me susurró Nat. Pero no me calmé.
-Quizás seas el chico perfecto con el que todas soñamos, pero juro delante de todos que lo que siento hacia ti es odio…-Sentí como Nathaniel me daba la vuelta.
-Tranquila…-Me volvió a susurrar.- Shhh…-Aquello me relajó. Agaché la cabeza mientras oía aquellos susurros que eran solo para mí. Me sentí mejor que bien. Había soltado toda la carga que llevaba encima. Sentí como algo nuevo me provocaba un nudo leve en la garganta. Pronto supe de que se trataba. ¿Olvidarme de Zack? No, eso era realmente difícil por no decir imposible, pero estaba dispuesta a hacerle frente en cualquier momento. Respiré con fuerza una y otra vez mientras mis amigos se acercaban y los de Zack se marchaban con un nudo en sus gargantas.
-¿Estas mejor?-Preguntó Nathaniel mientras paseábamos los dos solos por el campo, lejos de la multitud.
-Mejor que bien.-Le sonreí.
-Lo has hecho muy bien Kim. Tú fuiste la única capaz de enfrentarse a él.-Me sentía importante. Desde luego lo iba a ser mañana, cuando todos se enteraran de lo ocurrido y cuando perteneciera a la lista negra. Eso me entristeció. No podía evitar querer a Zack y sabía que si mi nombre llegaba a estar en esa lista en algún momento me sentiría mal, como cuando una chica siente que su amor utópico jamás le pertenecería. Lo peor, es que yo era esa chica… Aunque me sentía bien, no estaba absolutamente de acuerdo con la afirmación de Nat.
-¿Y por qué yo no pienso lo mismo, por qué pienso que debería disculparme?-Sin pensarlo lo dije en alto. Nat lanzó una risita susurrante.
-Quizás porque estás tan enamorada de él que te sientas mal al haberle ofendido.-Me puse nerviosa.
-¿Qué… qué dices?-Sonreí intentando aparentar los sentimientos que florecían al pensar en Zack.-Yo no estoy enamorada de él.
-Admítelo, vamos, a mí me lo puedes decir.-Suspiré mientras miré hacia el suelo. Ambos nos paramos.-Lo siento, no quería presionarte.
-No lo has hecho.-De pronto, observé como los ojos de Nat se entornaron y sus puños estaban apretados como si quisiera reprimir la ira. Miré hacia atrás, donde los ojos de Nathaniel se posaron. Era Zack, con sus manos resguardadas en los bolsillos del pantalón negro, con un pie encima de una de las raíces sobresalidas de los árboles, y su sonrisa deslumbrante. A pesar de aquella sonrisa curva, podía notar en su rostro la misma ira que Nat intentaba apaciguar.
-Quiero hablar con ella.-Su voz sonó dura e imponente mientras Nat en un movimiento rápido se colocó delante mía.
-¿Para qué?
-A ti no te tengo que explicar nada.-Me miró.- Pero a ti si.-Volvió a lucir aquella sonrisa descarada.
-Tú no puedes decidir por ella…-Ambos me miraron esperando que dijera mi respuesta.
-Emm… bueno, no creo que pase nada por hablar con él.-Susurré.
-A solas.-Zack sonrió mientras seseaba a conciencia.
-¿Estás segura?-Me murmuró Nat de forma que solo pudiera oírle yo.
-Tranquilo, ya me puse antes violenta.-Ambos sonreímos. Nathaniel se volvió hacia Zack y volvió sobre nuestros pasos, hacia el gentío. Cuando ya solo se veía una manchita rubia, Zack se acercó lentamente mientras me decía.
-Bien, aquí estoy, sin ningún perro baboso y faldero protegiéndome.-Me puse nerviosa y culpable a la vez por haber insultado a sus amigos.-Es más, ninguno de saben dónde estoy ahora mismo.-Abrió sus brazos como si estuviera esperando un abrazo, asegurándome que estaba “desprotegido”. Mis manos tocaban nerviosas mi camiseta y mis ojos estaban clavados en el suelo.- ¿No me vas a decir nada?-Alcé la mirada mientras me ponía aún más nerviosa.
-Lo siento es que… no sabía lo que decía.-Sonreí incrédula.
-¿Te das cuenta que en las pocas conversaciones que hemos mantenido lo único que has hecho es disculparte?-Sonrió.- Tú no me puedes conocer de esta manera.
-¿Quién dice que quiera conocerte?
-Para enfadarse con alguien debes de conocerla.
-No estoy enfadada contigo.
-Tu tono de voz sugiere lo contrario.-Me sobresalté al comprobar la certeza de sus palabras. Me aclaré la voz mientras daba un paso hacia atrás instintivamente. Zack dio los últimos pasos que nos separaban y se colocó frente a frente como hablamos Pau y yo.- Sí estás enfadada, y creo que se el motivo.-Ni le miré a los ojos.-Estás enfadada porque te gusto.-Chasqueé con la lengua y comencé a sentirme incómoda mientras intentaba apartarme de él.-Claro que sí, estás enfadada porque te estoy haciendo esperar y porque crees que vas a estar en lo que vosotras llamáis la lista negra.-No preguntaba y eso me dolió. Acertó en todo lo que había dicho, pero lo único que podía hacer era negarlo.
-Eso no es cierto.-A medida que yo me apartaba, el se acercaba más e incluso me cogió del brazo mientras proseguía.
-Estás enfadada por no poder hablar conmigo, porque me ves inalcanzable.-Aparté la cara hacia un lado mientras cerraba los ojos y él me susurraba.-Estás enfadada porque sabes que en el fondo tú serás mi elegida.-Las maripositas revolotearon nerviosas en mi estómago mientras yo cerraba aún más los ojos, con más fuerza. Lo que acababa de decir tenía doble sentido: Por un lado podía significar que no era su elegida y por otro que si lo era… menudo dos sentidos tenía aquella frase. Sentí a ciegas como sus ojos se posaban en mí y como su brazo apretaba el mío para no dejarme escapar. Mi cuerpo se encendió radicalmente, incluso mis uñas ardieron sin temor alguno a convertirme en cenizas. Temía abrir los ojos y mirarle aunque lo que más me aterrorizaba era lo que podía hacer Zack si volviera mi rostro hacia él… lo tenía tan cerca… Me sorprendí cuando al tirar de mi brazo para apartarme me fue fácil deshacerme de su mano. Ahora lo pude mirar. Y nos quedamos así mirándonos sin saber que hacer o decir. Él permanecía con el ceño fruncido mientras sus labios se separaban lentamente. Iba a decir algo, pero retrocedió para al fin, dejarme sola mientras observaba como se alejaba sin mirar hacia atrás.
Aparecí algo desorientada por lo ocurrido frente a mis amigos que me saludaron. Estaba claro que Nat no les había contado que Zack estaba hablando conmigo aunque Nathaniel estaba presente en esos momentos.
-Oye Kim…-Cheba parecía sacar el tema que no me extrañaba que se hablase.
-No Cheba, no tengo ganas de hablar de eso.
-¡Oh vamos! ¿No puedo ni felicitarte por la heroicidad?
-No.
-¡Kim!
-Dime Pau.-Suspiré.
-¡Eres mi heroína! Pero no en el sentido de droga eso si que no…-Todos rieron menos yo que dediqué a fingir una sonrisa.
-Hay muchos temas de los que podemos hablar no relacionados con Zack ni su grupillo ¿vale?-Hasta a mí me pareció muy grosero por mi parte no solo la advertencia, sino el tono. Pero ellos ni lo notaron.
-Está bien, hablemos del baile de invierno.-Añadió Vicky algo entusiasmada. Pau inmediatamente saltó y se emocionó.
-¡Ya falta poco!
-Pau, es en diciembre y nosotros estamos aún en septiembre.
-Habrá que hacer ya las parejas, ¿no?
-Pues aquí solo hay tres chicos para cinco…
-A mi me da igual quedarme con tres…-Vicky empujó levemente a Lori mientras los demás reíamos.
-Yo no iré.-Todos miramos a Nathaniel.
-¿Porqué?-Preguntó Pau un tanto molesta.
-Simplemente no me gustan los bailes…
-Pero así dejarás a otra chica sin pareja.-Añadió Vicky apoyando su brazo en el hombro de Nat mientras recordaba aquel momento en el campo cuando bailamos juntos.
-Lo siento, pero no voy a ir.-En ese momento también pensé en decir lo mismo que Nat. ¿Qué chico me invitaría al baile si Nat no iba y Lori seguro que no me pediría? Siempre iba con él, aunque solo fuésemos amigos, pero nos lo pasábamos muy bien y este año… yo lo estropeé todo.