English cv French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Capítulo 5 (Libro 2)



Entramos en casa sin armar mucho jaleo. Les indiqué que se fueran a mi cuarto mientras yo convencía a mis padres de que no se iban a quedar mucho rato… y que haría enseguida la maleta. Seguían en el salón con la ropa de invierno sacada, llena de joyas, cremas, maquillaje, libros… Por suerte yo tenía mi propia maleta celeste, Lola una infinitamente más grande que la mía y rosa fucsia y mis padres más ancha y marrón oscuro, más sofisticada y elegante. Me miraron rápidamente cuando entré en el salón para después volver a sus labores de doblar ropa y colocar pequeños botecitos en bolsas independientes a la maleta.
-Lamento deciros que solo nos vamos cinco días, no todo el año.-Bufé. Papá fue el único que pilló el chiste ya que me dedicó una gran sonrisa.
-Más vale prevenir que curar, sino pregúntaselo a tu madre.-Esta vez ella se involucró en la conversación.
-¿A qué te refieres con eso John Hilthom?-Puso los brazos en jarra.
-Me refiero a que… tu deber como enfermera es… prevenir de… cosas.-Mamá le miró inquisitivamente y continuó ordenando la maleta negando con la cabeza.
-Todas están en mi habitación para ayudarme con la ropa…-Lo dije sin rodeos.
-¿Todas?-Mamá me miró.
-Vicky, Pau, Andreita y Pho.-Abrió la boca para replicarme pero yo fui más rápida.-Solo van a estar un momento, te lo prometo.
-¿Y tu maleta?
-Lo aré en cuanto venga de… la cena.-Me ruboricé. Los tres me miraron pícaramente.
-Pues que no sea muy tarde.-Advirtió papá mientras intentaba encajar en una bolsa pequeña tres libros medianamente grandes. Puse los ojos en blanco y me fui a mi habitación bajo la atenta mirada de Lola.

Vicky no dudó en alzar el vestido verde pistacho de mi prima.
-Tu prima tiene un buen gusto.-Se mordió el labio pensativa.- Pruébatelo.-Lo cogí sin dejar de observarlo. Era un verde realmente favorecedor, de escote con el hombro izquierdo al descubierto. Me lo probé sin rechistar aún pensando que lo llevó puesto ni más ni menos que Lola. Sin mirarme al espejo, enseñé el resultado a las demás que abrieron la boca en forma de “o”.
-Estás guapísima Kimy.-Añadió Andreita casi susurrante.
-Este es tu vestido.-Concluyó Vicky retocando el hombro y la cadera con unos cuantos toques de sus dedos morenos. Me miré al espejo llena de ego por haber provocado esa sensación en mis amigas. Aunque mi piel era pálida, el color casi berenjena de mi cabello y mis ojos verdosos daban lo justo para que pegara con mi cuerpo. Era algo estrecho en la cintura y de corte botella en el dobladillo, afinándome las piernas. Era una tela bastante elegante, plana y limpia de arrugas, con el corte del escote perfectamente ajustado a mi cuerpo. Estaba claro que ese vestido estaba hecho para mí.
Vicky pasaba la plancha por mi cabello dejando caer unas ondas bastante profesionales convirtiéndolo en un peinado ladeado hacia el hombro. Previamente, Pho me lo había recogido por una coleta urbana. Andreita me aplicaba una capa de brillo en las uñas antes perfiladas y pulidas mientras Pau se encargaba de elegir los zapatos.
-Quiero ir plana, nada de plataformas.-Advertí a Pau cuando vi sus ojos brillantes al fijarse en unos tacones de mi prima. Me miró y me sacó la lengua al dejar los zapatos suavemente en el suelo.
-Falta la raya en los ojos y unos polvos.-Dijo Andreita mientras cerraba el bote de laca.
-Solo voy a una cena…
-Puede que sea una de las mejores cenas de tu vida.-Se emocionó Pau.
-Solo hemos salido una vez, ¿pretendéis que al segundo día haga algo realmente especial?-Todas rieron pícaramente mientras yo me conformaba en pensar que mis amigas tenían la mente repletas de cosas no buenas para mi consciencia.
Lola entró. Abrió los ojos de par en par cuando me descubrió con ese vestido… con su vestido. Se acercó a mí violentamente mientras mis amigas la observaban atentas.
-Ese es mi vestido.-Levantó su dedo para amenazarme.-Yo no te he dado permiso para que te lo pongas.
-Tampoco es para tanto…-Susurró Pau.
-¡Es mi vestido!
-Pero Lola, tu prima va a una cena importante…
-Me da igual ese es mi vestido y no el suyo.-Pho puso los ojos en blanco tras descubrir que convencer a mi querida prima de dejarme una única noche uno de sus vestidos, era francamente difícil.
-Sabes que no me lo voy a quitar.-Me crucé de brazos dispuesta a proteger mi autoridad sobre una invitada y sobre una menor.
-¡Eres una ladrona Kimberley!
-Está bien, ¿Qué quieres a cambio de no estropear mi creación?-Bufó Vicky señalizando las comillas. Lola sonrió llena de sed de venganza. Miré a Vicky replicándole lo que había despertado en la sádica mente de mi prima.
Me vi obligada a llamar a Zack.
-¿Kim?
-Emm… sí, soy yo… Zack, escucha.-me mordí el labio mirando asesinamente al rostro sonriente de Lola. Me aclaré la voz.-Verás es que mis padres necesitan organizar el viaje y… me preguntaron si… podía… Lola.-No sabía cómo explicarle.-Venir con nosotros a cenar.-Lo dije rápido mientras mi rostro se convertía en un signo de dolor por estropear nuestra cena. Zack no contestó.- Quizás, si trajeras a un amigo…
-¿Qué se supone que debo hacer?-Me mordí el labio y solté lo acordado.
-Dejar que Lola venga y llevar a Amon contigo.-Oí un chasquido proveniente seguramente de la boca de Zack.
-¿Y si está ocupado?-Miré a Lola que mantenía su total atención en la conversación que manteníamos por manos libres. Mis amigas se cruzaron de brazos llenas de rabia por el trato que debíamos de cumplir Lola y yo.
-No hay vestido.-Me susurró mi prima sonriente.
-Haz todo lo que puedas para que venga, ¿sí?
-Lo intentaré.
-A no ser que quieras que mi prima esté toda la noche pendiente de nosotros…-Zack suspiró.
-Vendrá. 

-Me alegro que decidas llevarte a tu prima contigo sin que te obliguemos.-Sonrió mamá al avisarle nuestros planes.- No es tan malo salir juntas de vez en cuando.-Ambas pusimos los ojos en blanco ante la emoción de mamá al darse cuenta de que nuestra supuesta amistad estaba dando sus frutos.
-Me gusta que estéis juntas.-Añadió papá sentándose bruscamente en el sofá tras un día ajetreado.
-¿Te gusta porque nos convierte en amigas o porque estoy más vigilada?-Papá soltó una carcajada sugiriendo que al menos la segunda razón tenía algo de credulidad.
-Bueno pues a esperar.-Sugirió Lola mientras se sentaba con sumo cuidado de no arrugar su vestido verde oliva nuevo –aquel que le compró Amon. Al instante sonó el timbre provocando que Lola se levantara muy rápidamente tras casi haberse sentado en el sofá. A papá y a mí nos pareció gracioso.-Ya están aquí.-Casi gritó nerviosa. Se acarició levemente su moño y se enderezó como nunca.
-Shana.-Susurró papá mientras mamá caminaba hacia la puerta.-Déjalos entrar un momento.-Mamá sonrió y asintió mientras yo me comía sádicamente a papá con la mirada.- Iros al cuarto un momento niñas, voy a hablar con… ellos.-Papá sonrió. Lola se adelantó y obedeció a papá rápidamente. Yo le imité tras hacerle una mueca.

-No entiendo porque tiene que ser tan controlador.- Cavilé en voz alta mientras Lola se retocaba el rímel con la yema de sus dedos.
-Agradece que se preocupa por ti.-Mi prima –como todas- abría la boca adoptando una mueca bastante desfavorecedora en su rostro de niña. Me senté en la silla de madera colocada delante de mi mesa de estudio –bueno, en la llamada mesa de estudios- cuidando que no se estropeara nada. Lola pestañeó varias veces antes de mirarse un último instante en el espejo y guiñarle un ojo a uno de sus muchos novios… el espejo.- ¿No crees que estoy realmente deslumbrante?-Preguntó mientras daba una vuelta.
-¡Tengo que contestar?-Mi prima arrugó su naricilla como signo de disconformidad.
-Seguro que le encanta a Amon.-Sonrió risueña.
-Yo ya no aguanto más.-Me levanté y me dirigí hacia el salón. Percibí como Lola me seguía nerviosa. En el salón, observé como papá estaba delante de dos muchachos vestidos con ropa elegante y de negro brillante.-Papá ya estamos listas.-Casi susurré. Los dos chicos se giraron hacia nosotras sonriendo. Amon nos miraba de arriba abajo mientras sus cabellos ondulados brillaban bajo los efectos de la gomina. Zack era todo perfección. Era imposible negarlo. El traje de chaqueta le sentaba como un guante encima de su piel algo morena y sus ojos negros y brillantes. Su cabello negro tenía un aspecto aparentemente sin signos de gomina.
-Vaya, que rápido se han preparado.-Susurró entre dientes papá mientras los dos chicos se acercaban a nosotras para irnos.

-¡Esto de aquí es caviar!-Por el tono de mi prima, estaba realmente emocionada. Lo miró y lo remiró sin poder creérselo.-Para la piel es estupendo.-Sonrió a Amon mientras éste se servía. Con razón el restaurante era uno de los más exclusivos de la ciudad. Todo lo servían con gran estilismo y con una calidad merecida. Los camareros sonreían tranquilos vestidos de un esmoquin bastante fácil de diferenciar con el resto de clientes. Lola y Amon estaban al lado frente nosotros.
-Gracias…-Le murmuré en el oído a Zack. Éste sonrió y me ofreció un poco de champagne embotellado en un cristal aparentemente frágil al contacto. Observé a una pareja snob que comía elegantemente sin apartar el protocolo: Tenían uno de esos platos cuadrados y totalmente planos mostrando un trozo pequeño de carne, una ramita que por su aspecto juraría que era romero, unas gotas de crema blanca y algo espesa derramada sofisticadamente sobre uno de los extremos de la perfecta esquina del trozo de carne –o de pescado- rayada por una fina línea de caramelo translúcido y color rosado. Miré a Zack molesta.-Me temo que me quedaré con hambre.-Rió suavemente mientras sus ojos se posaban dulcemente en los míos.
-Estás preciosa.-Me sonrojé algo molesta por el mero hecho de que ese vestido pertenecía a mi prima quién gozaba como nunca con las bromas de Amon, eso sí, con una elegancia protocolaria.
-Podríamos haber cenado en un burger, esto es muy caro.-Le murmuré al observar el fajo de billetes que uno de los clientes colocaba en un platito plateado donde uno de los papeles reflejaba los precios y la locura de algunos por gastarse tanto dinero.
-Quiero llevarte a lugares que te mereces.-Me susurró en el oído mientras yo sentía su aliento refrescante en mi oreja. Incluso ésta se estremeció.

Ya en el postre y casi terminado esta etapa de la comida, me quejé de lo mucho que comía Lola puesto que tras haber tomado carne, pescado y ahora un trozo de ternera que gritaba “calorías”, seguía quejándose del hambre.
-Lola te vas a poner enferma. Es inmoral lo que estás cenando.-Terminó de degustar uno de los últimos trozos de la tarta y me sonrió.
-Lo malo Kimberley, es que todo lo que me gusta es inmoral, ilegal o engorda.-Amon rió la gracia de mi prima. Aún negándolo, estaba claro que habían conectado bastante bien y que, como muchos seguro que notaron, Lola estaba totalmente colada por Amon quién, si no era muy despistado, se hubiera dado cuenta al recibir una extraña llamada de Zack, pidiendo de rodillas que asistiera a la cena donde su novia y su prima soltera a la que conoció en una tarde prácticamente de tiendas, planeaban salir en parejas. Pero parecía no importarle, sino incluso parecía que le gustase. No es que discrepara de una posible relación entre Amos y Lola, pero eso significaría la incómoda idea de tener a mi prima por más tiempo en mi casa… sin olvidar que saldría conmigo siempre que fuera a ver a Zack.
En un elegante movimiento, Amon levantó el brazo para que el camarero de bigote a lo mejicano y de cabello casi inexistente, diera el papelito de la exuberante cuenta. Me sentí incómoda cuando nos lo entregó con una sonrisa en los labios, por lo que me dediqué a observar la pequeña cascadita artificial que relajaba el ambiente lujoso del local mientras pagaban la cuenta que sin duda requería la presencia de innumerables billetes. Ni siquiera pregunté cuanto había costado uno de los platos que se consideraban más grande que el propio alimento en su dimensión.

One Response so far.

  1. Tía continualo no me dejes con esta intriga, hermoso como siempre :3

Leave a Reply